martes, enero 05, 2010

El Jivanmukta o liberado en vida



Jivanmukta es un concepto único en la filosofía hindú, y lo es también, sobre todo en la escuela de filosofía conocida como Advaita. La palabra significa "liberados incluso estando vivo". El objetivo final del hinduismo es la liberación del ciclo de nacimientos y muertes. Esta liberación técnicamente se llama 'moksha'. En todas las escuelas de la religión hindú excepto en la filosofía Advaita, la liberación es necesariamente un evento que ocurre después de la muerte del cuerpo. Sin embargo, la escuela advaita de Shankara, prevé que el hombre ya está liberado, su alma ya está libre, no tiene más que darse cuenta de ello. Así que esas almas que han tenido esta realización, se llaman jivanmuktas, aunque son extremadamente raros. Brahman Sadashiva y Ramana Maharshi son dos monumentales ejemplos de jivanmuktas.
Tales jivanmuktas viven en el estado natural de la felicidad de Brahman, la realidad absoluta del Vedanta hindú, que también se describe como "Existencia-Conocimiento-Dicha '- conocido en sánscrito como "Sat-Cid-Ananda". Nunca se deslizan de ese estado. Este "ser" en Brahman, de forma automática implica una visión ecuánime de todos los seres en el mundo como la misma persona que la que habita en el vidente. Esta visión equilibrada de todas las cosas como Uno, todo es el Ser, es la experiencia feliz, llamada Brahma-Ananda (felicidad en Brahman). La misma no proviene necesariamente de los estudios realizados o del aprendizaje escolar. Es un estado para ser disfrutado internamente, no por el aparato externo. Florece cuando no se está más atento a cualquier distracción mundana o moda. Es justo como despertar de un sueño, te das cuenta cuando estás despierto, no antes. Se trata de una percepción divina de ecuanimidad que brota delante de manera intuitiva. Cuando esa experiencia cristaliza, no hay más conocimiento, ni más ignorancia, no se percibe, no hay nada que percibir, no hay más percepción. Es algo que carece de la triada formada por el conocedor, el conocimiento y lo conocido. Estas personas iluminadas no ven este mundo, no ven nada. Todo lo que ven es la piedad del Amor Infinito y de la belleza del Dios Omnipresente. En su mundo, no hay Ser, ni no-Ser, en todas partes sólo hay la gracia y el amor. No tienen limitaciones de tiempo, ni de acción, sin ningún mérito, ni demérito, ni felicidad, ni tristeza, ni oscuridad. Se trata de una permanente e inmaculada iluminación. Es un estado que trasciende todo lenguaje y pensamiento.