domingo, abril 05, 2009

DICHOS DE AMOR Y DE LUZ



DICHOS DE AMOR Y DE LUZ

POR SAN JUAN DE LA CRUZ

Juan de Yepes Álvarez (1542-1591),  más conocido como San Juan de la Cruz, fue uno de los grandes místicos españoles, reformador de la orden religiosa de los carmelitas junto a Santa Teresa de Ávila.  Aunque su obra mas conocida es Cantico Espiritual, en otras como Noche 0scura del alma, Llama de amor vivo o Subida al Monte Carmelo, expresa de manera bellísima la experiencia de la unión con Dios.



· EI alma sola, sin maestro, que tiene virtud, es como el carbón encendido que esta solo; antes se ira enfriando que encendiendo.

· Mas agrada a Dios una obra, por pequeña que sea, hecha en escondido no teniendo voluntad de que se sepa, que mil hechas con gana de que la sepan los
hombres.

· EI que de los apetitos no se deja llevar, volara ligero según el espíritu, como el ave a que no falta pluma.

· EI alma enamorada es alma blanda, mansa, humilde y paciente.

· EI alma dura en su amor propio se endurece.

· EI que la ocasión pierde es como el que soltó el ave de la mano, que no la
volverá a cobrar.

· Un solo pensamiento del hombre vale mas que todo el mundo; por tanto, solo
Dios es digno de el.

· Eso que pretendes y lo que mas deseas no lo hallaras por esa vía tuya ni por
la alta contemplación, sino en la mucha humildad y rendimiento de corazón.

· No te canses, que no entraras en el sabor y suavidad de espíritu si no te
dieres a la mortificación de todo eso que quieres.

· No es de voluntad de Dios que el alma se turbe de nada ni que padezca
trabajos; que si los padece en los adversos casos del mundo es por la flaqueza
de su virtud, porque el alma del perfecto se goza en lo que se pena la
imperfecta.

· No pienses que porque en aquel no relucen las virtudes que tu piensas, no será
precioso delante de Dios por lo que tu no piensas.

· Mucho se desmejora y menoscaba el secreto de la conciencia todas las veces que
alguno manifiesta a los hombres el fruto de ella, porque entonces recibe por
galardón el fruto de la fama transitoria.

· No te goces en las prosperidades temporales, pues no sabes de cierto que te
aseguran la vida eterna.

· Aunque obres muchas cosas, si no aprendes a negar tu voluntad y sujetarte,
perdiendo cuidado de ti y de tus cosas, no aprovecharas en la perfección.

· Sea enemiga de admitir en su alma cosas que no tienen en si sustancia
espiritual, porque no la hagan perder el gusto de la devoción y el recogimiento.

· EI alma que anda en amor, ni cansa ni se cansa.

· Hay almas que se revuelcan en el cieno como los animales que se revuelcan en
el, y otras que vuelan como las aves, que en el aire se purifican y limpian.

· Los trabajos los hemos de medir a nosotros, y no nosotros a los trabajos.

· EI cabello que se peina a menudo estará esclarecido y no tendrá dificultad en
peinarse cuantas veces quisiere. Y el alma que a menudo examinare sus
pensamientos, palabras y obras, que son sus cabellos, obrando por amor de Dios
todas las cosas, tendrá muy claro su cabello, y mirarle ha el Esposo su cuello y
quedara preso en el y llagado en uno de sus ojos, que es la pureza de intención con que obra todas las cosas.

. El cabello se comienza a peinar de lo alto de la cabeza si queremos este
esclarecido; todas nuestras obras se han de comenzar desde lo más alto del amor
de Dios, si quieres que sean puras y claras.

· Lo que pretende Dios es hacernos dioses por participación, siéndole el por
naturaleza, como el fuego convierte todas las cosas en fuego.

· La sabiduría entra por el amor, silencio y mortificación. Grande sabiduría es
saber callar y no mirar dichos ni hechos ni vidas ajenas.

· Cinco daños causa cualquier apetito en el alma: el primero, que la inquieta;
el segundo, que la enturbia; el tercero, que la ensucia; el cuarto, que la
enflaquece; el quinto, que la oscurece.

· Hable poco, y en cosas que no es preguntado no se meta.

· No se disculpe ni rehúse ser corregido de todos; oiga con rostro sereno toda
reprensión; piense que se lo dice Dios.

· Lo que hablare sea de manera que no sea nadie ofendido, y que sea en cosas que
no le pueda pesar que lo sepan todos.

· Procure conservar el corazón en paz; no le desasosiegue ningún suceso de este
mundo; mire que todo se ha de acabar.

· Cuanto mas te apartas de las cosas terrenas, tanto mas te acercas a las
celestiales y más hallas en Dios.

· Quien supiere morir a todo, tendrá vida en todo.

· Humilde es el que se esconde en su propia nada y se sabe dejar a Dios.

· Donde no hay amor, ponga amor y sacara amor.

· Mejor es sufrir por Dios que hacer milagros.


Estos aforismos han sido escogidos entre los que forman la obra Dichos de luz y
amor, de San Juan de la Cruz.

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